Restaurante, un poco escondido, pero qué sorprende con su interior. Fuimos entre semana, 4 adultos, y nos pedíamos el menú del día… nos encantó lo que pedimos! Comimos en el interior pero tiene una zona exterior a la que salimos a tomarnos el café y una copita, además se podía fumar, cosa buena ya que íbamos con un fumador. El servicio amable, profesional y muy atento! Volveremos!